Día del maestro, recordando al Dr. Ricardo Coronado...
Hola, soy Memo Rizo de la generación 61-63, escribo para felicitar a los maestros en su día y recordar especialmente al Dr. Coronado de quien no he vuelto a saber nada desde que hablé telefónicamente con él hace mas de 10 años, cuando me enteré con pena que su salud era precaria y había perdido la vista. No he sabido mas de él desde entonces. Por favor hagan llegar el archivo adjunto a su descendencia.
Doctor Coronado:
Es muy grato poder expresarle lo que ha significado ser, porque sigo siendo, su alumno y durante más de 40 años tenerlo presente con regularidad como referencia en mis más preciados recuerdos de la adolescencia cuando cursaba la secundaria, así como el reconocer su influencia en mi conducta y pensar desde entonces...
Soy de los afortunados en haber tenido un hogar estable con padres ejemplares, de los cuales aprendí a apreciar en las personas sus virtudes y a observar respeto por los maestros en general, aunque con el tiempo fui reconociendo a quienes tenían algo más que ofrecer que el solo conocimiento de la materia que impartían. Aun recuerdo, aunque no por nombre al maestro de "Historia de México" que tenía la costumbre de elogiar todo lo que oliera a rojillo y denostar contra todo lo que apestara a gringo. Como no me agradaba en lo más mínimo su clase, parece que se me cerraron los oídos. Esa fue la primera materia que reprobé en mi vida, aunque no con él, quien tuvo a bien pasar de año a todos, sino mas tarde en la prepa, cuando tuve un profesor quien, al contrario de aquel, era social-cristiano y también tuvo a bien taponar mis oídos.
Como mis padres no terminaron la primaria, no tenían mucho que ofrecernos en lo académico, a mí, ni a mis 9 hermanos. Aunque en lo familiar, afectivo y efectivo ($$$) no nos iba tan mal a los hijos, a mis padres les costó muchísimo trabajo sacarnos adelante. De ellos dos, son de quienes aprendí la mayoría de mis expresiones y costumbres, además; de ellos tomé prestado el rasero con el cual mido a las personas...
Cuando tenía yo unos 13 años conocí a un señor que sobresalía del montón a ojos vistas; alto, pulcro y de finos modales, con el trato, fue más fácil distinguirlo de los demás; ágil de mente, ameno en su charla, gentil con los jóvenes, muy respetuoso con las jóvenes y damas en general y sobre todo muy culto. Esto último, creo, era lo único en que podía hacerle sombra a mi padre, quien siempre elogiaba a las personas preparadas que usaban sus conocimientos para ayudar a la gente y no para hacer menos a los demás como algunos licenciados tan comunes en la burocracia y otros tantos maestros de escuela.
El señor al que me refiero era uno de mis maestros, pronto se convirtió en Doctor, no de los que curan sino de los que saben mucho, como su pequeña hija, en aquel entonces, lo aclaraba. Esta era la primera vez que sabía yo de alguien que obtenía un doctorado, así que opté por averiguar algo al respecto... al enterarme se me cayó la baba. Me dije: mira pues que a este hombre tan abusado y culto, apenas le están reconociendo lo que ya todos sabíamos, que es bien chiras pelas...
Un día; contra su costumbre de llevar corbata, acudió a clases luciendo guayabera y paliacate. No bien había dado dos pasos dentro del salón, se escuchó la voz de Isaías que lo saludaba al son de "¡SOLO VERACRUZ ES BELLO!!!", tras lo cual toda la chiquillada soltó sonora carcajada. El Doctor reconociendo perfectamente la voz del ocurrente, se dirigió a él por nombre y le explicó que por estar enfermo de la garganta y estar usando un medicamento untado en el cuello se había visto en la necesidad de usar este paliacate, esa fue la única vez que lo vi inhibirse, optando por sonreír abiertamente y reprimiendo la carcajada que, estoy seguro, estaba a punto de explotar.
Los paisajes y pueblos de México siempre me han atraído, no estoy cierto del origen de esto, pero tengo algunas sospechas. Entre mis folletos turísticos mentales tengo uno muy colorido escrito y fotografiado de viva voz por un hombre que recorre las veredas de la barranca del cobre, Batopilas, Creel... nos habla con respeto y admiración de los Tarahumaras y sus penurias... y nos invita a conocer esos bellos lugares a lomo de mula.
Algunas veces por la mañana cuando me peino me acuerdo de alguien que sentenciaba: los hombres se peinan con el peine, no con el espejo...
Los pasajes de la historia no se me graban mucho, pero la anécdota de Rodolfo Fierro en el corral, tomándose su tiempo para descansar el dedo con el que despachaba pelones, nada la borrará del cajón de los recuerdos donde las narraciones bien hechas por un ¡maestro! quedan como tesoros...
Hoy en día la mayoría de las mujeres con vista corta, usan lentes de contacto o bien se han operado los ojos para ver mejor, por lo cual no es frecuente tener una maestra a la cual apodar "La Venadita"... aunque en cuestión de apodos a los maestros; el de "BOZO" se puede prestar a diversas interpretaciones y tal vez quien lo escuche nunca sospeche siquiera que unos lustrosos zapatos del bozo y medio fueran la razón del apelativo...
Quien haya aprovechado, como usted, el precioso don de la vista y el de la vida observando, aprendiendo, apreciando y transmitiéndolo tan bellamente a los demás, nunca perderá ni una ni otra, porque como un padre, un buen maestro, habrá dejado sus genes que nunca se perderán...
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Les mando felicitaciones a los maestros en funciones y retirados de esa gran secundaria que recuerdo con cariño…
Saludos a todos los exs…
Mi correo es: memorizon@gmail.com
2 comentarios:
Memo Rizo,
estuve en los grupos 103, 203 y 303
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