noviembre 05, 2014
001 Arturo Acosta C. Gen. 61/63
Hola todos amigos excompañeros, excompañeras, compañeros y compañeras actuales; no me imagino qué piensan de lo se que ha publicado en este Blog al que todos tenemos acceso. Pero sobretodo no me imagino lo que piensan acerca de las sencillas palabras que he humildemente he puesto para todos ustedes: a los de antaño para que recuerden un poco esas lindas, chistosas o interesantes, incluso enojosas en ocasiones, vivencias de nuestra infancia; a los nuevos, muchachos y muchachas que son el futuro de nuestro país para que conozcan algo de cómo eran esos tiempos en que no había computadoras, ni celulares o videojuegos, tiempos en los que nuestras diversiones eran en vivo, no virtuales; ustedes pensarán que nos aburríamos y no teníamos juegos que nos agilizaran la mente. Les contaré una pequeña historia:
Hace no mucho tiempo en una escuela de nivel medio superior se iniciaban las clases; en un aula X estaban los alumnos y alumnas esperando que llegara su profesor pero como sabrán, estaban en plena fiesta, es decir unos corrían para un lado otros se arrojaban papeles y cosas por el estilo, se contaban chistes o simplemente charlaban; se imaginarán cómo quedó el salón. Pero eso no es lo más importante, repentinamente se escucho una voz adulta "buenos días, muchachos...", todos corrieron a sus lugares y se sentaron; bien jovenes y señoritas, mi nombre es "Juan Perez", soy su maestro de matemáticas y estoy aquí para ayudarles en todo lo que necesitan conocer acerca de esta materia...etc. etc. y bla, bla, bla...
Nadie escuchaba realmente lo que él decía, cada quién estaba pensando en lo suyo pero mirando al profesor que ya era una persona bastante madura, un señor con el pelo blanco y bastante arrugado del rostro, siguió hablando cuando repentinamente se levanta un valiente muchacho de unos 18 años, digamos que se llama Luis; se pone de pié y se dirige al profesor diciendole: Oiga maestro disculpe pero yo quisiera saber porqué usted nos va a dar clases de matemáticas?; el profesor lo miró instándole a que siga hablando; e..es... decir..ejjmm: a su.. e.. edad... qué podría enseñarnos que no sepamos ya?
El profesor no se inmutó, solo se concretó a escuchar como varios de los alumnos corearon apoyando a Luis en su pregunta.
Haber muchacho, mmm, cómo dices que te llamas? ...mmm Luis, maestro.
Bien, haber Luis, porqué piensas que no podré enseñarte más de lo que ya sabes?
Bueno, maestro es que... disculpe pero en su tiempo no había computadoras, quizás ni siquiera televisión a colores.. -ji ji ji, se escucharon unas risitas burlonas hacia el maestro- y.. por supuesto no había celulares ni juegos de destreza mental como los hay actualmente, no había autos o máquinas inteligentes, etc. y...yo.. no entiendo c..ómo nos va a enseñar algo más.
Vaya, vaya, eres un chico muy inteligente; -gracias profe-; qué bueno que tocas ese tema y qué bueno que te has atrevido a preguntar tal cosa; sabías que no hay pregunta más tonta que la que no se hace? tú la hiciste y eso dice mucho de ti; qué dice? que tienes muchas ganas de aprender, algo que nadie más que tú ha demostrado en esta clase; te voy a responder a tu cuestión pues eres digno de ser escuchado y salir de dudas, en este caso con mi ayuda; todos guardaron silencio y dejaron de reir.
Bien, Luis y todos ustedes que también lo quieren saber; efectivamente, cuando yo fuí joven no había computadoras, lap-tops, celulares y toda la tecnología de la que todos ustedes hoy en día gozan, no había autos inteligentes ni era tan fácil la vida como lo es actualmente. No, durante mi generación no había nada de eso; por eso es que estudiamos tanto e inventamos todas esas cosas; para que ustedes las tengan y las aprovechen en beneficio de la humanidad. Así como me ven de viejo tengo el orgullo de que también contribuí con mi granito de arena para que las generaciones futuras tengan mejores oportunidades de éxito que las que hubo antaño. Eso es algo muy valioso que nosotros, los viejos les dejamos a estas generaciones; ahora me pregunto, y pregúntense ustedes: Qué legado, qué enseñanzas, qué futuro les van a dejar ustedes a sus hijos, a sus nietos y generaciones posteriores? Recuerden que una persona solo vive eternamente de acuerdo a los buenos recuerdos que se tengan de ella. Nadie recuerda jamás a una persona que pasó por el mundo sin pena ni gloria.
Todos se quedaron quietos mirando al profesor con un reflejo de admiración y Luis, se dirigió a sus compañeros de esta manera: Compañeros quiero delante de todos ustedes pedirle disculpas a nuestro profesor de matemáticas; Disculpe usted profesor mi atrevimiento y Bienvenido a esta clase que le prometo siempre le guardará respeto.
Esta misma pregunta chicos y chicas, hágansela ustedes:
Qué futuro les voy a dejar a mis hijos y a los niños que vienen detrás de mi? Guerras?, Vicios? Crimen? Qué les voy a heredar si aún no sé qué será de mi?
aoca461215@hotmail.com
Publicado por
Blog Secundaria 17 Constituciòn de 1857
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario